Cada viernes o cada día nos
encontramos con una nueva medida que va encaminada a desmantelar el
estado del bienestar y fundamentalmente el Estado.
La derecha española, la del PP y la
otra (la económica y mercantil), se afanan por trocear el Estado
hasta convertirlo en pequeños pedacitos para su posterior
apropiación.
Así, con la coartada de la crisis, se
atacan y menoscaban los servicios públicos, Sanidad y Educación
fundamentalmente, y a quienes representan la salvaguarda de las
garantías partidistas: los funcionarios. A estos, además, se los
tilde de vagos y de que “viven muy bien” por el solo hecho de
tener un trabajo fijo. El PP y la derecha en general, nunca hablan de
que para ser funcionario es necesario prepararse, aprobar un
oposición, muchas veces durante años, y que no están al servicio
de los políticos sino de los ciudadanos y ciudadanas.
A modo de ejemplo, un médico debe
realizar una carrera de 6 años, aprobar el MIR, otros 5 años de
especialidad y una oposición para entrar a formar parte del sistema
sanitario. Lo mismo se podría decir de profesores, maestros,
policías, bomberos, jueces, fiscales, etc. Parece cuanto menos
injusto que quienes se preparan de esa manera sean ahora
vilipendiados y maltratados por el Partido Popular, con la
complicidad subyacente de los demagogos y populistas de UPyD (que
dicen en cada momento y sin ningún pudor lo que el personal quiera
oír, con tal de aumentar sus cuentavotos; la impudicia como
bandera), con el único fin de señalarles como culpables de una
crisis financiera provocada, indudablemente por sus amigos los
mercados.
Ahora, Esperanza Aguirre, en una vuelta
más de tuerca dice que hay que ahorrar y que si no habrá un
corralito como el de Argentina. ¿De dónde va ahorrar? Según ella
hay que echar a funcionarios, bajarle el sueldo a los que queden y
cobrar el bachillerato: el que quiera estudiar tendrá que pagárselo,
máxima del liberalismo salvaje que nos ha traído esta crisis.
Pareciera como que Aguirre no es responsable de nada de lo que está
sucediendo, pero hay que recordar que el PP gobierna Madrid desde el
año 1995, Valencia desde 1995, Castilla y León desde 1987, Tres
Cantos desde el 2000 y que de los últimos 16 años de gobierno de la
Nación ellos han gobernado 8 y medio, los otro 8 los ha gobernado,
tristemente, el PSOE. Así que se puede decir que mucho de lo que
está pasando lo ha provocado la derecha. ¿Deliberadamente? Creo que
si, que hay un “casus beli” contra el Estado y todo lo que huela
a él.
Nosotros hemos propuesto algunas
formulas para proteger el Estado y el estado del bienestar. Con la
esperanza de que Esperanza lo lea las detallo, sobre todo para
ayudarle a buscar ese dinero que tanto necesita. Ciñéndome a Madrid.
- No más dinero para colegios concertados
- No más exenciones fiscales para la gente que lleva a sus hijos a colegios privados (en la Comunidad de Madrid se puede desgravar íntegramente lo que se paga en la declaración de la renta)
- No más dinero para concertar plazas, ni pruebas, en Hospitales Privados
- Recuperar el impuesto de Patrimonio.
- No más exenciones fiscales a la Iglesia (debe pagar el IBI como los demás)
Con estas cinco medidas la Sanidad
Pública y la Educación Pública no se resentirían y Madrid podría
retirar el copago sanitario (el repago mejor dicho, puesto que ya te
lo quitan de tu nómina).
Voy a matizar un poco el punto número
5 porque se presta a la demagogia y estamos intentando hacer una
defensa de lo público con medidas concretas. Cuando digo estamos, es
estoy.
La Iglesia, según el concordato, está
exenta de pagar impuesto, entre otras muchas cosas; pero esas
exenciones no incluyen que no pague el IBI (el Impuesto de Bienes e
Inmuebles). La Iglesia camufla, por decirlo de alguna manera, con
Cáritas, que realiza una labor social y que por eso debe estar
exenta de pagar impuestos. No dudo de su labor social y me consta que
en estos momentos de crisis están aliviando notablemente las
carencias de muchos ciudadanos y ciudadanas que están pasándolo
mal. Ahí está la trampa o el truco. Somos nosotros, el Estado,
quienes debemos proporcionar esos locales de atención para Cáritas,
o para cualquier otra ONG que se dedique a la obra social, de tal
forma que la Iglesia no se escude en ellos para salvaguardar su
patrimonio, y porque no decirlo, su poder para medrar sobre las
decisiones que toma el Gobierno del PP.
En fin, esperando que nuestra prima, la
riesgo me refiero, no nos entierre, espero haber contribuido un poco
a paliar esa sensación de que no hay alternativas y de que todo lo
que se está haciendo es lo que hay que hacer.
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