24 julio 2012

Las mamandurrias de Esperanza Aguirre


Cada viernes o cada día nos encontramos con una nueva medida que va encaminada a desmantelar el estado del bienestar y fundamentalmente el Estado.
La derecha española, la del PP y la otra (la económica y mercantil), se afanan por trocear el Estado hasta convertirlo en pequeños pedacitos para su posterior apropiación.
Así, con la coartada de la crisis, se atacan y menoscaban los servicios públicos, Sanidad y Educación fundamentalmente, y a quienes representan la salvaguarda de las garantías partidistas: los funcionarios. A estos, además, se los tilde de vagos y de que “viven muy bien” por el solo hecho de tener un trabajo fijo. El PP y la derecha en general, nunca hablan de que para ser funcionario es necesario prepararse, aprobar un oposición, muchas veces durante años, y que no están al servicio de los políticos sino de los ciudadanos y ciudadanas.
A modo de ejemplo, un médico debe realizar una carrera de 6 años, aprobar el MIR, otros 5 años de especialidad y una oposición para entrar a formar parte del sistema sanitario. Lo mismo se podría decir de profesores, maestros, policías, bomberos, jueces, fiscales, etc. Parece cuanto menos injusto que quienes se preparan de esa manera sean ahora vilipendiados y maltratados por el Partido Popular, con la complicidad subyacente de los demagogos y populistas de UPyD (que dicen en cada momento y sin ningún pudor lo que el personal quiera oír, con tal de aumentar sus cuentavotos; la impudicia como bandera), con el único fin de señalarles como culpables de una crisis financiera provocada, indudablemente por sus amigos los mercados.
Ahora, Esperanza Aguirre, en una vuelta más de tuerca dice que hay que ahorrar y que si no habrá un corralito como el de Argentina. ¿De dónde va ahorrar? Según ella hay que echar a funcionarios, bajarle el sueldo a los que queden y cobrar el bachillerato: el que quiera estudiar tendrá que pagárselo, máxima del liberalismo salvaje que nos ha traído esta crisis. Pareciera como que Aguirre no es responsable de nada de lo que está sucediendo, pero hay que recordar que el PP gobierna Madrid desde el año 1995, Valencia desde 1995, Castilla y León desde 1987, Tres Cantos desde el 2000 y que de los últimos 16 años de gobierno de la Nación ellos han gobernado 8 y medio, los otro 8 los ha gobernado, tristemente, el PSOE. Así que se puede decir que mucho de lo que está pasando lo ha provocado la derecha. ¿Deliberadamente? Creo que si, que hay un “casus beli” contra el Estado y todo lo que huela a él.
Nosotros hemos propuesto algunas formulas para proteger el Estado y el estado del bienestar. Con la esperanza de que Esperanza lo lea las detallo, sobre todo para ayudarle a buscar ese dinero que tanto necesita. Ciñéndome a Madrid.
  1. No más dinero para colegios concertados
  2. No más exenciones fiscales para la gente que lleva a sus hijos a colegios privados (en la Comunidad de Madrid se puede desgravar íntegramente lo que se paga en la declaración de la renta)
  3. No más dinero para concertar plazas, ni pruebas, en Hospitales Privados
  4. Recuperar el impuesto de Patrimonio.
  5. No más exenciones fiscales a la Iglesia (debe pagar el IBI como los demás)
Con estas cinco medidas la Sanidad Pública y la Educación Pública no se resentirían y Madrid podría retirar el copago sanitario (el repago mejor dicho, puesto que ya te lo quitan de tu nómina).
Voy a matizar un poco el punto número 5 porque se presta a la demagogia y estamos intentando hacer una defensa de lo público con medidas concretas. Cuando digo estamos, es estoy.
La Iglesia, según el concordato, está exenta de pagar impuesto, entre otras muchas cosas; pero esas exenciones no incluyen que no pague el IBI (el Impuesto de Bienes e Inmuebles). La Iglesia camufla, por decirlo de alguna manera, con Cáritas, que realiza una labor social y que por eso debe estar exenta de pagar impuestos. No dudo de su labor social y me consta que en estos momentos de crisis están aliviando notablemente las carencias de muchos ciudadanos y ciudadanas que están pasándolo mal. Ahí está la trampa o el truco. Somos nosotros, el Estado, quienes debemos proporcionar esos locales de atención para Cáritas, o para cualquier otra ONG que se dedique a la obra social, de tal forma que la Iglesia no se escude en ellos para salvaguardar su patrimonio, y porque no decirlo, su poder para medrar sobre las decisiones que toma el Gobierno del PP.
En fin, esperando que nuestra prima, la riesgo me refiero, no nos entierre, espero haber contribuido un poco a paliar esa sensación de que no hay alternativas y de que todo lo que se está haciendo es lo que hay que hacer.

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