24 noviembre 2017

La rabia de no ser el/la “prota”


Muchas veces, cada vez más, algunas personas, invadidas por su narcisismo descomunal, su egolatría personal y su baja tolerancia a las frustraciones, acomodan sus discursos, ya sea en las redes sociales o en foros de debate y opinión, con el fin de polemizar, aunque no exista la polémica ni haya habido una provocación. Intentan de esta manera ser los protagonistas de cualquier historia o debate sin que nadie les haya dado vela en ese entierro. Les puede más su “eh, que yo estoy aquí”.
Y así se van construyendo una vida y una historia donde ellos/ellas son las auténticas protagonistas. Usurpan incluso anécdotas o acontecidos de otros o lugares donde nadie puede comprobar nada sobre sus vidas, ni tienen a su alrededor gente que pudiera hacerlo: son los miembros del club de las vidas que no viviste y quisiste. Además, sufren un problema añadido que extienden a los demás, a su entorno, y es la patología de la reunión: hay que reunirse. Viven, en ese mundo de egolatría, de las “reunionitis”, porque es ahí donde justifican más o menos su trabajo y aportación al común y aprovechar para vestirlo de participación.

Decía al principio de mi exhorto que lo que más les molesta es no ser concernidos en una discusión o debate y esto es lo que pasó ayer en pleno de presupuestos de Tres Cantos para el 2018. Un partido, y una portavoz que no fue invitada a la fiesta, arremetió, con saña e ira, contra todo lo que se movía porque no se había hablado de ella. No importaba si se confrontaban modelos de gestión, el de la derecha o el de la izquierda, sino que no se hablara de ella. Llevándola inclusive a intentar provocar discusiones para poder intervenir: no os dais cuenta, estúpidos, que todo se hace como yo quiero, cuando yo quiero y donde yo quiero, entonces ¿por qué no os dirigís a mí?

Hay que reconocer que fue sencillamente delicioso ver como se desencajaba. ¿Sadismo? Quién sabe, cuando conoces bien la debilidad y el narcisismo de la gente resulta muy entretenido.

No puedo acabar este articulo de opinión, nada más, con un recado a todos aquellos/as sufren esta patología: hay cura, se encuentra muchas veces en dar un pasito hacia atrás.