26 marzo 2013

Tres Cantos hoy


Nos pide Salvador, director de boletintricantino.es que hagamos un artículo sobre Tres Cantos para iniciar su nueva andadura a través de la red. Iniciativa que saludamos.
No es fácil describir la ciudad hoy, el 21 de marzo se cumplen 22 años desde que nos separamos de Colmenar Viejo.
En nuestros comienzo todo se hacía por consenso; el hecho de que ningún partido político tuviera mayoría absoluta permitía aunar sensibilidades y compartir el desarrollo de la ciudad. Esto permitía que todas las plusvalías provenientes del urbanismo revirtieran en nuestro propio desarrollo. Gracias a eso se construyó el instituto público, porque la Comunidad de Madrid no tenía dinero; se levantaron las naves nido del polígono industrial; se puso en marcha la escuela de música, los locales del Sector Oficios para los grupos de música; etc.; todo ello pagado con el dinero de los tricantinos y tricantinas. Existía una democracia participativa.
Todo eso cambió a partir del año 2000. El PP se hace con el poder con una moción de censura basada, fundamentalmente, en el planeamiento urbanístico. Su único cometido es redactar un Plan General, no por la necesidad de viviendas, sino por el simple hecho especulativo y dar satisfacción a la vorágine del ladrillo. Además, a diferencia de antaño, esta vez le da la gestión, de todo el plan, a una empresa privada (FCC) y las plusvalías ya no revierten en las arcas municipales, sino que pasan a manos privadas.
Comienzan los escándalos, un concejal del PP diciendo: “somos once pues yo quiero mi once por ciento”.
Y así llegamos hasta la mayoría absoluta del PP en el año 2007. Siete años del PP cambian la manera de hacer ciudad y esta mayoría no iba mejorarlo sino todo lo contrario. Folgado, primero (hasta marzo de 2011), y Moreno, después, se han venido jactando de que han invertido más de 50 millones de euros en nuestra ciudad, lo cierto es que la realidad y los hechos nos hacen preguntarnos, ¿en qué se lo gastaron? ¿flores? porque, no han sido capaces en todos estos años de crear un solo puesto de trabajo; un montón de comercios o negocios han tenido que cerrar; han suprimido (717) o modificado líneas de autobuses; las especialidades médicas prometidas no han venido; asumen, como inevitable, el cierre de la oficina de la Seguridad Social, con el trabajo (trabajo de la Asociación de Vecinos entre otros) que costó traerla y sabiendo que Tres Cantos alcanzará en un futuro los 75 mil habitantes, además, de que se ha demostrado sobradamente su utilidad por parte de los vecinos; etc, etc.
No podemos pasar por alto que a todo esto hay que añadirle la mala gestión económica, que ha hecho que sean los tricantinos y tricantinas quienes paguen las consecuencias: 4 años seguidos de subida del IBI (más del 40%); subida de impuestos, tasas y precios públicos. Endeudamiento de más de 7'5 millones de euros por no pagar a los proveedores...
Y por fin, el colofón final, el PP hace que los ciudadanos y ciudadanas de Tres Cantos asuman en solitario el desaguisado del Tagarral, facilitando su recalificación para poder construir en un futuro. Aquí debo decir que “chapeau” por Colmenar Viejo y la Comunidad de Madrid, que después de haber sido los responsables se van a ir de rositas. Más ladrillo para Tres Cantos.
En fin, Tres Cantos, desde que está en manos del PP, es hoy mucho más gris, que cuando comenzó a ser ciudad.
Pero esta ciudad me gusta y sus gentes más todavía y creo que podemos revertir esta situación trabajando todos para el cambio.

05 marzo 2013

No todos somos iguales


Estos últimos días se viene hablando de transparencia como si todos los políticos estuvieran estigmatizados por la corrupción, por el mero hecho de serlo. Unos abogan por enseñar su nómina, otros su declaración de bienes, otros su declaración de la renta y los que menos sus vergüenzas.
En España hay 73.515 cargos públicos (350 diputados del Congreso, 266 senadores, 1.218 diputados autonómicos, 68.462 alcaldes y concejales, 1.810 consejeros comarcales (en Aragón y Cataluña) y 1.409 diputados provinciales y consejeros insulares).
Se puede considerar que son muchos o que son pocos, lo cierto es, y la realidad así lo dice, que en casos de corrupción solo hay metidos unos 400 cargos públicos. Parece, entonces cuanto menos, una afrenta el decir que todos los políticos son corruptos y que todos los políticos son iguales. Pero si es cierto que ese desapego de la ciudadanía viene por la lasa respuesta judicial y, sobre todo, por la nula respuestas de los propios partidos políticos, quienes se afanan una y otra vez en proteger a un culpable (porque es de los nuestros) antes que exponerlo públicamente para su escarnio. Algunos partidos, no todos, se han convertido por naturaleza en una especie de mafia, donde se protegen los unos a los otros como el chiste del tío que está en el dentista y le coge de los huevos a este y le dice: no nos haremos daño, ¿verdad?
Quienes creemos en la democracia representativa tenemos la obligación de someternos a la voluntad de los ciudadanos. Son ellos quienes te eligen y son ellos quienes dictan las normas. Muchos, esto, no lo entienden o no lo quieren entender, con tal de seguir manteniendo su estatus.
Cuando los ciudadanos salen a la calle y gritan eso de “nos nos representan” hay algunos representantes político o sindicales que se ofenden, pero ¿por qué? ¿de qué?
Tal vez muchos crean que se les deba rendir pleitesía: “nosotros hemos trabajado mucho por este país y por su bienestar; hemos renunciado a muchas cosas...”. No lo dudo, es más estoy convencido de ello. ¿Pero es suficiente? La ciudadanía actual, su espectro social, está formada por las mismas personas que lucharon es su momento para tener una educación y una sanidad pública de calidad, son los mismos que defendían la igualdad, que se enfrentaron al poder establecido, en definitiva quienes con su esfuerzo contribuyeron a traer la democracia a este país. A ese espectro social hay que sumarles a aquellos que siempre han vivido en democracia.
A mi como representante de Izquierda Unida y de los ciudadanos y ciudadanas de Tres Cantos no me molesta ni me ofenden lo que digan, es más, creo que es fundamental escucharles y llevar sus propuestas más allá de lo que opinemos sobre ellas, porque con la participación se hace democracia.
Además hemos podido constatar que lo que reclaman está en nuestro ideario. “Dación en pago”; “cambio de la ley electoral”; “sanidad pública y universal”; “educación pública y gratuita”, son viejas reivindicaciones de la izquierda y bienvenido sean todos los que se sumen pidiendo estos cambios. Porque lo que importa, en definitiva, es que entre todos construyamos un mejor país, en justicia y en igualdad de oportunidades.