06 abril 2009

¡Joder que tropa!

El nombre de Tres Cantos desde hace unos cuantos años es sinónimo de corrupción. Cada vez que uno sale por ahí y dice que es tricantino recibe la misma contestación: “no tendrás un pisito para mí” o “vaya líos que tenéis en ese pueblo”. Lo cierto es que por aquí han pasado un concejal que dimitió porque no quería ir a la cárcel, otro que quería su 11%, otro que negaba y negaba que no tenía terrenos en el plan general y resultó que no solo los tenía sino que eran el doble, un secretario que miraba para otro lado y prolongaba su jubilación hasta que estuviese todo arreglado, un asesor de alcaldía que recibía dinero de una empresa a la que le habían adjudicado la construcción de la pista de atletismo; aún recuerdo a Francisco Granados, el de los espías madrileños, poniendo la primera piedra. Así que desde que más o menos me acuerdo en Tres Cantos todo huele a podrido. Recuerdo como el concejal de Obras y Servicios, el de los terrenos del Plan General, repartía 100 millones de pesetas en pequeños contratos para dárselos a la misma empresa (LICUAS). Y cuando venía Romero de Tejada, el que tenía nómina en una empresa de fotocopias y no lo sabía, a dar órdenes a sus concejales del partido popular para que no molestasen a la alcaldesa ni a sus secuaces. Que tiempos. Ahora a todos estos los están juzgando pero hay un elemento que uno no debe olvidar y que debe preguntarse: ¿Qué hacía el Partido Popular? Al fin y al cabo era su socio de coalición y tenía muchos más concejales y la concejala de urbanismo era del partido: Doña Carmen Camón. Ay, que será de todos estos angelitos que tanto bien han hecho para…sus bolsillos. Y así fueron pasando los días hasta que en el año 2007 surge, inhiesto, un nuevo valor. Gente que viene a cambiar el mundo, que viene para poner orden, que tiene la confianza del pueblo. ¡Vamos a ordenar esto! ¡Ya nadie se referirá a Tres Cantos como un nido de corruptos!¡Levantemos, oh, gloriosos e inmaculados honestos!¡Demos una lección! Así que el hombre se puso en pie y todos bajaron la cabeza; no le escuchaban, pero sabían que había que temerle. Pero llegó la mayoría absoluta del PP y pensé que esto acabaría. Ahora no es como antes, ahora es más primario, lo que antes era corrupción, ahora son pequeñas coimas, inmoralidades. Que si a uno una empresa le paga un viaje y luego este les devuelve el favor con un pequeño e insignificante contrato. Que si entre todos nos gastamos cerca de 60.000 euros en echar una mano a uno de los nuestros, que si tenemos que achicar las viviendas para jóvenes porque… ¡joder que más quiere esos desagradecidos, encima de que les toca un piso viene con exigencias! Es lo que tiene los pobres que siempre intentan reclamar lo creen que es justo. Ilusos. De verdad que no sabía que escribir pero es que me quedaba un hueco tan grande en el periódico que me dije, “venga valiente tu puedes, total va ser tan largo que nadie lo va a leer”. He decidido cambiar de tercio e irme por las ramas, vamos que me acobardé. Recuerdo bien al concejal del PP Antonio Reino, siempre fue un autentico bocazas, pero cuando pidió a María de la Poza su 11% supe que estaba acabado. Enfrentarte así al trío calaveras, ese fue tu error, muchacho. Te dieron por todos los costados y ¿sacaste algo? Además, de alguna cosita por aquí, otra por Villalba, que si los niños, que si… También recuerdo lo de Tromesa. Esta empresa es la responsable de construir la residencia de ancianos, que algún día será un sanatorio privado, que está en ronda de poniente y el hotel Foxá. Era la responsable de construir junto al hotel un intercambiador. De verdad que yo vi los planos, los bocetos, el alzado, todavía debe estar dando vueltas por ahí. Es decir está todo menos el intercambiador, ¿quién se lo habrá perdonado? Y la charnela de la Avenida de Colmenar Viejo, que si primero los llevaba un tal Leal que si luego Nozar, ahora solo está la caseta. ¿Se hará cargo FCC? ¿Quién sabe? Ya uno no sabe uno quién es quién, los cierto es que los que vinieron para poner orden lo primero que hicieron, es decir en el primer pleno, fue darles a FCC, la empresa encargada del Plan General, la monetización. Cambiaron terrenos municipales por dinero; pero por un valor de 300 euros el metro cuadrado menos. Con esto en su primera decisión hicieron lo que no pudo hacer la ex alcaldesa. No se que pensar. Pero sospecho. Es más sospecho que ya he terminado de rellenar el hueco que me faltaba. Bien por mí. Hasta otra. FM